El largometraje documental de Marina Rubino retrata la vida de Yvonne Pierron, la monja francesa que fue compañera de Alice Domon y Léonie Duquet, detenidas-desaparecidas en la dictadura argentina, y que salvó su vida exiliándose en su propio país. Yvonne fue una alfabetizadora de la multiculturalidad, una luchadora y militante de los movimientos populares de América Latina, en los que actuó los últimos 60 años de su vida.

Estrenado en el 40° Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el documental de Rubino se apoya en un valioso material de archivo, así como de algunas pocas ficcionalizaciones, para reconstruir la vida de Yvonne Pierron; su militancia, su compromiso con las luchas populares y su dedicación a los pueblos originarios es retratado por declaraciones,  sustentadas de imágenes de archivo, pero fundamentalmente por el mismo relato de Yvonne, casi siempre en su lengua madre, ya que el francés le permite reconstruir la memoria más fácilmente. Es ahí donde radica el valor del trabajo de Rubino. Ser, quizá, el último testimonio de Yvonne Pierron. El documental nos adentra en su memoria. Su propio relato se potencia en contraposición a su figura ya en los últimos días de su vida.

«Al final me di cuenta que en toda masacre, en toda muerte, siempre hay sobrevivientes» reflexiona Yvonne en su relato y se pregunta el por qué: «no es porque tenga la fuerza para dar su vida. Es porque tiene  que haber un testigo en la historia. Porque lo vivido es irrefutable».

Yvonne, de Marina Rubino, pone esa irrefutable verdad desde el relato de una sobreviviente fundamental de nuestra historia reciente. Yvonne es la memoria, la verdad y el incansable reclamo de justicia.