Concientizar con el medio ambiente
ECO-Envases sustentables de uso cotidiano.
Algunos cambios de vida son tan drásticos que vivir en modo sustentable hasta puede invitarnos al uso de energías eólicas o solares domésticas, consumo de alimentos auto cultivados y no procesados, movilidad propia sin consumo de naftas, etc., etc. Como somos seres indivisibles con compromisos y motivaciones diferentes, para algunas personas, asumir estos cambios puede ser mucho. En cambio, sí podemos adoptar algunos mínimos cambios de hábitos más ecológicos no sólo en las propias actividades sino en la elección de ciertos consumos.
A las normativas e iniciativas estatales y privadas que apoyan la recuperación de residuos, con las acciones de cooperativas de recicladores urbanos y la colocación de contenedores y puntos verdes, la basura las sigue tapando como contínuo desafío colectivo a resolver. Como responsabilidad social la separación de residuos, a nivel individual y nacional, y su futuro tratamiento es fundamental para que la gigantesca producción de basura diaria no destruya nuestro medio ambiente.
Otra de las consecuencias reales y concretas que sumó la pandemia fue la generación de basura de materiales descartables. El uso de vajilla descartable, contenedores y envoltorios en aquellos bares y restaurantes, que empezaron a ofrecer take away, no sólo incrementó sino acrecentó un tema complejo: la generación de basura que sólo llega a utilizarse por unos 20 minutos en promedio.
¿Qué hacer para tener rutinas amigables con el medio ambiente?
¿Cómo llevarlas a cabo sin desistir en el intento?
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación al hablar de producción responsable se refieren al desarrollo de productos y servicios que «minimizan el uso de los recursos naturales y la generación de materiales tóxicos y residuos». Donde en cada acción personal la adopción de estilos de vida y cambio de costumbres, con menor impacto ambiental, funcionen como punta de iceberg.
Dime de qué material eres y te diré en cuánto tiempo te degradas
Bandejas de poliestireno
500 años
Botella de plástico
450 años
Toallitas higiénicas
100 años
Botella de vidrio
4000 años
Papel
1 año
Colilla de cigarrillo
10 años
Envases renovables y descartables que minimicen la contaminación
Cotidianamente consumimos productos donde el envase dura apenas unos segundos o minutos en nuestras manos. ¿Qué pasa si hacemos algunas cuentas simples y evaluamos cómo se multiplica la cantidad de envoltorios, protectores, separadores o bolsas portadoras de los miles de productos que consumimos anualmente?. El número final de kilos de basura con seguridad despertará la atención de cualquier mortal.
Según los números del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS), en Argentina cada habitante produce aproximadamente 1 kilo de residuo sólido urbano por día. Hasta aquí no parece un problema, basta con multiplicar por la cantidad de habitantes activos y aquí comienza el problema. En territorio nacional cada 2 segundos se genera 1 tonelada de basura. Y anualmente en el mundo se producen alrededor de 1500 millones de toneladas; que equivalen a 10 ballenas azules: el animal más grande del planeta.
El conocimiento es transformación.
La educación es el futuro.
Y nuestro futuro, como humanidad, tiene que ser sustentable.
100x100 orgánico
Pre pandemia, diversos equipos de investigación de la UBA, ya habían puesto el ojo en la industria de objetos de la vida cotidiana. El planteo surgió de la necesidad de responder a la contaminación de ciertos envoltorios. Así en Argentina nació ODA Vajilla que produce vajilla descartable biodegradable fabricada con cáscara de papa y otros descartes orgánicos.
ODA está integrada por 5 cinco Diseñadores Industriales Juliana Campanelli, Clara Cappetta, Agustina Chianetta, Guido Ventura y Paula Vita quienes se conocieron en la FADU y desarrollaron una máquina de biovajilla que procesa desperdicios de alimentos para fabricar platos descartables.
El dispositivo funciona a presión y a más de 200 grados de temperatura y su insumo principal es la cáscara de papa compactada y aglutinada (en buen estado y sin haber comenzado su proceso de descomposición).
ODA Vajilla es una alternativa sostenible ante la contaminación que genera la vajilla descartable de un solo uso típica de ferias, eventos gastronómicos y locales de comida take away que busca mejorar el medioambiente y evitar el uso de recipientes plásticos en la industria gastronómica.
Las ventajas son varias y contundentes. No contiene conservantes ni aditivos plásticos, su impermeabilización permite contener alimentos sólidos y no transfiere olores ni sabores a las comidas. Una vez utilizado el plato, se desecha en tierra y se desintegra en cuatro semanas. Actualmente, están investigando una nueva línea a base de borra de café ideal para contener alimentos dulces que puedan combinar felizmente con los aromas propios del café.
En la Feria MasticAr 2019 se usaron 300 mil platos de ODA Vajilla en solo dos días. De haber utilizado otro material no biodegradable el impacto ambiental hubiera sido enorme.
Reconocer la producción Nacional
En 2018 su proyecto fue destacado en el concurso Innovar. En 2021 en el concurso de innovación abierta, organizado por packaging Hz, obtuvieron el primer premio que implica además una inversión para producción a escala.
Diseñar y producir con insumos nobles
En 2020, hace sólo unos meses, se creó un envase de cartón para suplantar los potes de helado de telgopor. Se trata de una caja térmica con manufactura de cartulina, biodegradable y reciclable apta para estar en contacto directo con todo tipo de alimentos y temperaturas. El innovador desarrollo y fabricación fue creado por una empresa argentina como una opción ecológica ante el uso de contenedores de telgopor (las bandejas de poliestireno tardan 500 años en degradarse).
Se trata del Grupo HZ que desde 1950 se dedica principalmente a la producción de envases para productos de consumo masivo en la región y en los últimos años su mirada está puesta en la producción sustentable. Su línea BIOHZ busca responder la masividad de descartes que implica el mercado local de alimentos con los lanzamientos de utensilios para gastronomía como también la “cuchara biodegradable”.
Otras alternativas no contaminantes
- Bolsa de tela reutilizable
Su uso diario en varios rubros evita la multiplicación de bolsas de nylon por cada compra.
- Copita menstrual
Reemplaza el uso de toallitas femeninas que tardan cerca de 500 años en degradarse.
- Shampoo y acondicionador sólido
Evita el envase de plástico que tardan en desintegrarse entre 100 a 1000 años.
- Platos, cubiertos y sorbetes de bambú
Reemplaza la materia prima por materiales de rápida degradación.
Bambu y batata
Otro ejemplo, que se encuentra en proceso de investigación para desarrollo, es el realizado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA donde se propone realizar envases biodegradables con bambú y batata para reemplazar plásticos provenientes del petróleo.
El grupo de investigadoras e investigadores, integrado por Norma D’Accorso, Nancy Lis García y Carlos Rodríguez Ramírez, con unas cañas de tacuara (una especie de bambú del Delta local) y cáscaras de batatas, combinados con nanotecnología e impresoras 3D, crearon envases flexibles que además no requieren procesos complejos de fabricación.
Esta iniciativa ecológica, barata y fácil de elaborar surge en parte del convenio internacional con la Universidad de Grenoble (Francia), con base en el Centro de Investigación en Hidratos de Carbono (CIHIDECAR UBA-CONICET), para trabajar con nanofibras de celulosa.
Estos envoltorios pueden ser transparentes u opacos. Finos como films o más gruesos. Según manifiestan de acuerdo con la aplicación del envase se hace la modificación en el procedimiento. Y además se trata de un envase inteligente que puede otorgar propiedades antivirales, antihongos y antibacterianas. Por ejemplo, a la oxidación natural de una manzana el film protector, al liberar antioxidantes, preservará al alimento en condiciones por más tiempo.