NOTA

Arquitectura Sustentable

Construir con recursos eficientes


Una innovación transgresora bien desarrollada y homologada técnicamente, de nuevos materiales y técnicas de la construcción sostenible, puede llegar a ofrecer soluciones novedosas e inesperadas en la arquitectura.



Una innovación transgresora bien desarrollada y homologada técnicamente, de nuevos materiales y técnicas de la construcción sostenible, puede llegar a ofrecer soluciones novedosas e inesperadas en la arquitectura.


Por Roberto Busnelli

Arquitecto, especialista en Diseño de Mobiliario y Doctorando UBA,FADU.

Hacia una dimensión sustentable del desarrollo tecnológico

La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que:

  • el 60% de los materiales que se extraen de la litosfera tienen como destino la construcción;
  • el 40% de la energía primaria consumida en el planeta y el 75% de la electricidad se destina a los edificios;
  • el 60% de los residuos sólidos se producen en la construcción y deconstrucción de los edificios (1,3 Tm por persona/año);
  • Aproximadamente un 50% de las emisiones contaminantes de CO2 son emitidas por ellos.

Estos consumos e impactos se producen durante la extracción de materias primas, con su transformación a partir de los procesos industriales, durante la construcción de los edificios, a lo largo de su vida útil, con su utilización y también al final de esta con la deconstrucción del edificio.

Nos encontramos pues ante un complejo proceso en el que son múltiples los agentes que intervienen y múltiples los factores a considerar para alcanzar mejoras efectivas (tal como ya mencionó en 2009 Xavier Casanovas en su ponencia «La Construcción sostenible» en el Congreso Contart09 de Barcelona). La gran variedad de materiales y componentes que hemos utilizado para conformar estos edificios, los procesos industriales para su fabricación, la complejidad de su construcción o los residuos generados no resultan fácilmente visibles para el usuario final, ni para los profesionales que trabajan en esta industria. Esta complejidad del proceso hace difícil plantear estrategias que sí son habituales en otros productos de consumo. Sin embargo, estos datos resultan ya suficientemente ilustrativos como para darnos cuenta de que no podemos seguir por este camino actual y que debemos iniciar un proceso de cambio de grandes proporciones en nuestro sector para poder hablar de sostenibilidad.

Una alternativa para generar cambios profundos y transformadores surge de la necesidad de construir nuevos paradigmas a partir de la integración de nuevos conocimientos y recursos, y componer con todo ello nuevas técnicas de proyecto que generen, de manera permanente, marcos normativos innovadores y en permanente evolución.

Actualmente, seguimos observando que los planteamientos que acompañan al cuerpo teórico de la cultura de la sostenibilidad tienen una fuerte carga ideológica-sensible, fruto de la definición de una posición respecto a la realidad, pero finalmente su concreción es sumamente tecnológica. Y todavía hasta el día de hoy en la mayoría de los casos, ajena al proyecto y más interesada en los aspectos puramente económicos (la factura de la luz) y responsables (reducir las emisiones).

Como sostiene Juan Herreros en las Transferencias por un pensar técnico “no nos interesa ni renunciar a la arquitectura tal y como la conocemos por insostenible o impertinente frente a la problemática medioambiental ni sustituirla radicalmente por una especialidad de corte puramente tecnológico que sólo atiende a su propio radicalismo ecológico”.

De esta manera, el proyecto (la herramienta sustentable por excelencia) se nutre de ingredientes reinterpretados, transferidos, de experiencias anteriores y de otros campos del conocimiento y referencias culturales, produciendo un conocimiento útil para los demás. Así, lo que permite describir este proceso de proyecto y su construcción como un trabajo de investigación e incluirlo en una red superior de experimentos de la que participa y se nutre una comunidad científica, que no sólo aprecia los resultados sino que se interesa también por la lectura de las condiciones iniciales, es la elección de nuevos parámetros y la invención de sistemas coherentes a esta nueva realidad.

Por Roberto Busnelli

Arquitecto, especialista en Diseño de Mobiliario y Doctorando UBA,FADU.

Hacia una dimensión sustentable del desarrollo tecnológico

La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que:

  • el 60% de los materiales que se extraen de la litosfera tienen como destino la construcción;
  • el 40% de la energía primaria consumida en el planeta y el 75% de la electricidad se destina a los edificios;
  • el 60% de los residuos sólidos se producen en la construcción y deconstrucción de los edificios (1,3 Tm por persona/año);
  • Aproximadamente un 50% de las emisiones contaminantes de CO2 son emitidas por ellos.

Estos consumos e impactos se producen durante la extracción de materias primas, con su transformación a partir de los procesos industriales, durante la construcción de los edificios, a lo largo de su vida útil, con su utilización y también al final de esta con la deconstrucción del edificio.

Nos encontramos pues ante un complejo proceso en el que son múltiples los agentes que intervienen y múltiples los factores a considerar para alcanzar mejoras efectivas (tal como ya mencionó en 2009 Xavier Casanovas en su ponencia «La Construcción sostenible» en el Congreso Contart09 de Barcelona). La gran variedad de materiales y componentes que hemos utilizado para conformar estos edificios, los procesos industriales para su fabricación, la complejidad de su construcción o los residuos generados no resultan fácilmente visibles para el usuario final, ni para los profesionales que trabajan en esta industria. Esta complejidad del proceso hace difícil plantear estrategias que sí son habituales en otros productos de consumo. Sin embargo, estos datos resultan ya suficientemente ilustrativos como para darnos cuenta de que no podemos seguir por este camino actual y que debemos iniciar un proceso de cambio de grandes proporciones en nuestro sector para poder hablar de sostenibilidad.

Una alternativa para generar cambios profundos y transformadores surge de la necesidad de construir nuevos paradigmas a partir de la integración de nuevos conocimientos y recursos, y componer con todo ello nuevas técnicas de proyecto que generen, de manera permanente, marcos normativos innovadores y en permanente evolución.

Actualmente, seguimos observando que los planteamientos que acompañan al cuerpo teórico de la cultura de la sostenibilidad tienen una fuerte carga ideológica-sensible, fruto de la definición de una posición respecto a la realidad, pero finalmente su concreción es sumamente tecnológica. Y todavía hasta el día de hoy en la mayoría de los casos, ajena al proyecto y más interesada en los aspectos puramente económicos (la factura de la luz) y responsables (reducir las emisiones).

Como sostiene Juan Herreros en las Transferencias por un pensar técnico “no nos interesa ni renunciar a la arquitectura tal y como la conocemos por insostenible o impertinente frente a la problemática medioambiental ni sustituirla radicalmente por una especialidad de corte puramente tecnológico que sólo atiende a su propio radicalismo ecológico”.

De esta manera, el proyecto (la herramienta sustentable por excelencia) se nutre de ingredientes reinterpretados, transferidos, de experiencias anteriores y de otros campos del conocimiento y referencias culturales, produciendo un conocimiento útil para los demás. Así, lo que permite describir este proceso de proyecto y su construcción como un trabajo de investigación e incluirlo en una red superior de experimentos de la que participa y se nutre una comunidad científica, que no sólo aprecia los resultados sino que se interesa también por la lectura de las condiciones iniciales, es la elección de nuevos parámetros y la invención de sistemas coherentes a esta nueva realidad.

Dentro de estos procesos de invención de nuevos sistemas cobra especial sentido la aparición de nuevos materiales, y por consecuencia sus técnicas ponen en jaque la lógica tradicional de las certificaciones y los reglamentos de construcción arquitectónica. Las normas reflejan los valores del tiempo y el contexto de los cuales emergen; y como nuevas invenciones en tecnologías y técnicas de construcción introducen regulaciones a lo establecido. Como tal, un enfoque radical y exclusivo desde las normas sostenibles no siempre garantiza una construcción sostenible, especialmente porque la vida útil de una norma es impredecible y lleva consigo una potencial fecha de vencimiento, ante la posible aparición de un nuevo estándar que la reemplace. En este contexto, y con una cantidad de intereses arraigados apoyados en las normas ya establecidas, la aplicación de nuevas invenciones en la arquitectura se convierte en una cuestión política, donde las barreras burocráticas impulsan, muchas veces, a alcanzar la innovación por fuera de la arquitectura. 

De esta manera, una innovación transgresora bien desarrollada y homologada técnicamente, puede llegar a ofrecer soluciones novedosas e inesperadas. Este repertorio, de nuevos materiales y técnicas de la construcción sostenible, interpelan el corazón mismo de los reglamentos técnicos y proponen nuevas lógicas de análisis a los marcos normativos; estableciendo nuevos criterios y sopesando nuevos estándares, donde la exigencia y objetivos de estos protocolos no solo se establecen a partir del estricto cumplimiento de su dimensión técnica sino a la luz de un costo ambiental, que como tal, impactará de manera decisiva a la hora de evaluar su performance técnica. Una dimensión ética del desarrollo tecnológico que, a escala global, nos permita comprender y cuestionar la lógica de las reglas por las cuales las sociedades construyen.

Ensayo IRAM 11564, de propagación de llama, para Molón de botellas de Pet compactadas mecánicamente para utilizar como aislación térmica. (Fuente: 3C Construcciones y VIAlab IA Unsam. INTI Construcciones).

Ensayo DIN 4201, de trasnmitancia térmica, para Molón de botellas de Pet compactadas mecánicamente para utilizar como aislación térmica. (Fuente: 3C Construcciones y VIAlab IA Unsam. INTI Construcciones).