Impulsado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, hoy es la única distinción oficial argentina sobre diseño e innovación a nivel nacional. Con 1491 productos y sistemas distinguidos de más de 800 empresas nacionales, el Sello de Buen Diseño cumple 10 años de trayectoria, lo que demuestra su significativo camino si se la compara a nivel global. Este tipo de distinciones dan cuenta del inminente reconocimiento al Diseño como disciplina autónoma vinculada al desarrollo industrial de las sociedades (con menos de 70 años a nivel global). La función del SBD como herramienta apunta a poner en valor el aporte estratégico, social, económico y cultural del diseño en el ámbito productivo, comercial y de uso. Este recorrido, que podría sintetizarse en una simple enumeración de cualidades, es una realidad tangible y cuantificable que se manifiesta en la evolución de nuestro entramado productivo.

Si hacemos un raconto de las distinciones similares, en el caso de Argentina es preciso remontarnos a la década del sesenta y a las políticas de estímulo de la producción local por encima de la importación de bienes. En tal contexto, el Centro de Investigación del Diseño Industrial (CIDI), fundado y administrado bajo la órbita del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), dependencia de la Secretaría de Industria de la República Argentina, fue el responsable de incorporar la noción del diseño como valor estratégico para el desarrollo. A pocos meses de su creación, el CIDI organizó su primera actividad pública: la Exposición Internacional de Diseño de 1963. Para ella, invitó a participar a productos y empresas de once países. En ese marco, y con el propósito de destacar la producción nacional, se mostraron 135 productos de 48 empresas locales, elegidos por la ADIA. Esta fue la primera vez, en la joven historia industrial de la Argentina, que se exhibió una selección tan numerosa de productos nacionales. A partir de 1976, dada la realidad social, política y económica del país, las acciones vinculadas a la promoción del diseño argentino fueron disminuyendo hasta el cierre definitivo del organismo en 1988.

En el 2011 Argentina lanzó el Sello de Buen Diseño Argentino, tomando como referencia, además del CIDI, la distinción japonesa G Mark una iniciativa público – privada japonesa que se creó en 1957, la que al día de hoy cuenta con 35.000 productos distinguidos de todo el mundo (ya que en su caso no se limita a productos exclusivamente japoneses).

Las distinciones al diseño más tradicionales a nivel global que aún se mantienen se dieron en países con desarrollos industriales considerables, acompañando y tangibilizando tales procesos. Es así que Italia constituyó el Compasso`D Oro en 1953, con la que el SBD tiene un acuerdo de cooperación interinstitucional. Alemania generó el Red Dot en 1954 como una iniciativa privada, es en la actualidad la distinción que mayor alcance global tiene. La primera distinción de esta índole que aún sigue vigente, se dió en Estados Unidos, The Good Design Award creado en 1950, es organizado anualmente por el Chicago Athenaeum Museum of Architecture and Design de Chicago en colaboración con el Centro Europeo de Arquitectura, Arte, Diseño y Estudios Urbanos.

De esta manera, cada país fue generando sus propias instituciones y promociones al diseño en sinergia con sus entramados productivos y sus realidades sociopolíticas. Este tipo de acciones, provengan del sector público o privado, dan cuenta del vínculo de cada sociedad con el diseño y la innovación, por ejemplo en la India el ID Design es una distinción oficial a cualquier producto que se diseñe, se produzca o se comercialice en el país. O en el Estado Plurinacional de Bolivia se otorga el Premio Nacional a la Excelencia para el Vivir Bien, vinculado con la noción local del Buen Vivir, la distinción pone el foco en procesos productivos en sintonía con la sustentabilidad tanto ambiental como social.