NOTA
Alimentación y Salud

Dime tu etiqueta y te diré qué comes


La etiqueta que puede cambiar nuestro modo de alimentarnos



La etiqueta que puede cambiar nuestro modo de alimentarnos

Escribe Paola de Titto
Lic. Cs. de la Comunicación UBA
por Enlinea


#LeyDeEtiquetadoen las redes.

Como política para prevenir enfermedades no transmisibles, mejorar y proteger la salud de las personas.

El colectivo de cocineros ACELGA (Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina), integrado por chefs como Germán Martitegui, Dolli Irigoyen, Christophe, Pamela Villar, Roberto Petersen Juliana López May, Donato De Santis y @NardaLepes , a través de un video acompañaron la iniciativa del debate para que hubiera dictamen de ley pueda en ambas cámaras.

 

@opsargentina la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) el 7 de diciembre realizó una transmisión en vivo con referentes del área para exponer y dialogar sobre el etiquetado frontal como instrumento de política para prevenir enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas: sus avances y desafíos para asegurar la implementación eficaz.

 

@UNICEFargentina también junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaron la campaña en redes sociales “Ojos Cerrados” para alertar sobre la falta de información clara en las etiquetas de los alimentos envasados.
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Datos locales sobre salud y mortalidad

  • Hipertensión
  • Hiperglucemia en ayunas elevada
  • Sobrepeso u obesidad

Son factores de riesgo asociados a la mortalidad y ocasionan 140.000 muertes por año.

  • Sobrepeso u obesidad en porcentajes a nivel nacional

Según OPS (Organización Panamericana de la Salud), a pesar de que México ocupa el 1° lugar en el ranking regional de obesidad infantil, aquí se dan porcentajes elevados:

4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes
7 de cada 10 personas adultas

Según la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019) determina que afecta al:

en menores de 5 años (tasa más alta de América Latina)

de los niños y niñas al terminar el ciclo escolar primario

de las personas mayores de 18 años

En la Argentina se debate sobre la Ley de Etiquetado de Alimentos. Desde el 2020 con media sanción en Senado ahora se discute con la modalidad de videoconferencia en varias comisiones de la Cámara de Diputados. ¿Cuál es la finalidad más significativa de esta Ley? para especialistas en salud y para el propio Ministerio de Salud de la Nación ayudaría a combatir problemas como sobrepeso y la obesidad.

La iniciativa, que responde al reclamo de organizaciones de la sociedad civil, a las recomendaciones de organismos internacionales y la academia, compila 13 distintos proyectos de ley presentados por senadores oficialistas y opositores que se unificaron en la Comisión de Salud, de Industria y Comercio. El 29 de octubre del año pasado tuvo media sanción por amplia mayoría (64 votos a favor y 3 en contra) en la Cámara de Senadores y el 13 de noviembre, del mismo año, comenzó el debate en las comisiones de Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia; de Legislación General; Acción Social y Salud Pública e Industria de la Cámara de Diputados.

La Ley sobre Promoción de la Alimentación Saludable habla de sellos frontales ubicados en el exterior de los envases con detalle del alimento envasado, su rotulado nutricional y publicidad, promoción y patrocinio. Pero lo más importante es la función del sello como advertencia que informa el exceso de cantidades de nutrientes críticos tales como: azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

Las leyendas en los octógonos negros con bordes y letras en blanco aclaran: “Exceso en Azúcares” “Exceso en Calorías” “Exceso en Sodio” “Exceso en Grasas Saturadas” “Exceso en Grasas Totales”ctica educativa en las Escuelas antes de la lecto-escritura, hasta la adultez para poder comprender y elegir.

A primera vista, el etiquetado frontal facilita la lectura y comprensión de la información actual que detallan las tablas nutricionales de productos envasados. En la mayoría de los casos la interpretación debe hacerla cada consumidor deducir indicadores, mediciones y porcentajes que varían según cada cantidad que se toma como porción.

En el mes de octubre, por entonces el Ministro de Salud de la Nación en función, Ginés González García, reconoció que “el sobrepeso y la obesidad es un tema que desde varios ángulos preocupa a los Estados, es un problema grave de salud pública, una especie de pandemia más silenciosa, menos estridente pero mucho más mortal y dura desde el punto de vista de los sistemas de salud”. Y que un avance en una alimentación saludable se logra articulando intereses. “Tenemos que adecuar las normas y modificaciones al MERCOSUR, también queremos proteger a nuestra industria alimentaria, por lo que hemos trabajado intensamente en la búsqueda de construir consensos” sostuvo luego de participar de un plenario de las comisiones de Salud y de la de Industria y Comercio del Senado de la Nación.

«La ausencia de una regulación sobre etiquetado vulnera los derechos de niñas, niños y adolescentes, y también los de sus familias, porque no pueden acceder a la información que necesitan para saber si lo que consumen es saludable» declaró Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina en octubre de 2020. Y sobre la obesidad afirmó que «afecta especialmente a las poblaciones más vulnerables».

Información como derecho universal

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “el consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales”. Así la promoción que realizan sobre el etiquetado frontal, como advertencia y un derecho a la información, es una herramienta sencilla, práctica y efectiva para advertir a la población sobre ciertos productos que puedan afectar negativamente a su salud y modifiquen sus hábitos alimenticios y decisiones de compra.

“Una información general como en este caso del etiquetado, de fácil recordatorio, es interesante porque parte de la idea, tan clásica pero necesaria de re actualizar, del sujeto universal de la comunicación. Con esto quiero decir que no es solamente un problema de quienes tengan ciertos conocimientos específicos sobre salud; por su formación, clase social o acceso a la información; sino que pueda pasar a ser realmente una cuestión democrática para todos los niveles sociales, grupos poblacionales y de edades” detalló a ésta redacción Wanda Fraiman, docente en Derecho a la Información en la UBA, investigadora del iealc (Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe) y del Observatorio DERCOM (Comunicación y derechos) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Es evidente que a partir del consumo de productos elaborados artificialmente, procesados y envasados, y con mayor vida útil, se hace cada vez más necesaria la aclaración de sus ingredientes con rótulos. Y la presencia del sello “octógonos negros» exhibe así el deber que tienen las empresas de la industria alimenticia y el derecho a la información que tenemos como personas y no específicamente como posibles consumidores. Para protegernos de engaños, jerarquizar los contenidos nutritivos y controlar el producto en sus niveles sanitarios.

Y remarcó “con esto cruzo la idea del derecho a la salud y la información alimentaria como algo realmente universal con otra cuestión que es la del derecho al consumidor. La idea de usuarios y consumidores, que se incorporó con la reforma de la constitución nacional (1994) y también con leyes específicas que reconocen el derecho de las personas en tanto situación de consumo o condiciones de trato equitativo y digno en caso de reclamo, desabrochado de esta idea del sujeto universal no tiene sentido. Sino solamente estamos pensando en consumidores como aquellos que pueden, como su nombre lo indica consumir y gastar dinero, y claramente estamos haciendo una práctica discriminatoria en términos de acceso a derechos. En cambio esta cuestión del etiquetado justamente asocia que las personas son consumidoras, va de suyo alimentos, pero todas sin distinción (de edad, con ciertos problemas de maduración cognitiva o capacidad /discapacidad) que en su relación de consumo tiene un derecho a la información inherente y completa.

De esta manera, un etiquetado frontal en los alimentos es una estrategia para garantizar el derecho a una buena alimentación para la salud en general. Pero también es un derecho a la información desde una temprana edad, si se suma como práctica educativa en las Escuelas antes de la lecto-escritura, hasta la adultez para poder comprender y elegir.

Siendo en sus orígenes el envase y etiquetado una respuesta funcional a la necesidad de contener, transportar, resguardar, almacenar y clasificar un producto, la globalización de los mercados y el permanente avance tecnológico, ha llevado a crear estrategias de diferenciación cada vez más cuidadas. Esta diferenciación está presente no solo en el diseño gráfico sino también en la estructura del envase, donde forma y color son un par perceptivo frente a diversidad de rubros, productos, marcas y conceptos con una gran carga simbólica.

Sin embargo, en relación a esto, existen leyes que regulan ciertas características de envase y etiquetado con el objetivo de resguardar funciones informativas, higiénicas y de protección para el consumidor. El proyecto de ley de etiquetado frontal de alimentos propone brindar a los consumidores herramientas para poder distinguir entre alimentos procesados saludables y otros perjudiciales para la salud por altos niveles de sodio, grasas y azúcares, con el objetivo de advertir al consumidor sobre el valor alimenticio de los productos.

Considerando al envase, además de un contenedor de productos, un contenedor de significados, este proyecto plantea un desafío para el diseñador quien en su rol social y como facilitador de información debe asumir el compromiso, integrando a las tantas variables interactuantes en envase y etiquetado, una función social y poder traducir conceptos saludables a conceptos visuales.

Opinión

Por Prof. DG. Eduardo Bermúdez

Titular de Diseño Gráfico de Productos y Envases – Carrera de Diseño Gráfico UBA/FADU

Opinión

Por Prof. DG Diego García Diaz
Director de la Carrera de Diseño Gráfico UBA/FADU

La nueva ley de etiquetado de alimentos produce una crisis en la visualidad que nos permite reflexionar sobre el rol de nuestro trabajo profesional como diseñadores, interviniendo sobre los productos de consumo.

La necesidad de imponer un etiquetado disruptivo sobre la propuesta original de diseño del envase que alerte sobre posibles factores nocivos para la salud funciona como un desafío a una historia de etiquetado orientado a la persuasión y alejado de brindar información para la toma de decisiones del consumidor.

Además de una crítica y puesta en crisis sobre el tamaño y ubicación de los datos significativos sobre el producto (también sobre el uso de lenguaje técnico que aleja a la información de quien la debe interpretar), los envases comerciales suelen construir imaginarios emocionales, apelando a sensaciones seductoras que muchas veces distan de las características reales de los productos (proponen naturaleza e ingredientes naturales, frescura, producción artesanal, vida sana, liviandad y diversión).
Estas grandes etiquetas negras interviniendo el diseño del envase, son una reacción a estas propuestas que desvían la atención sobre aspectos relevantes del producto. Es cierto que es difícil para el diseñador oponerse a la seducción que exige el mercado de producción, pero es interesante pensar en la posibilidad de un nuevo vínculo entre mercado, regulaciones del estado, y diseño que apunte a un consumidor empoderado y más libre para elegir.

Una nueva realidad que no signifique necesariamente menos ventas.

Alimentación saludable en la región

Entre idas y vueltas sobre las normativas, que incluyen cambios políticos de por medio, países como Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay y México ya cuentan con ley de etiquetado. Con diversas estrategias de sellos estos sistemas informacionales buscan prevenir una mala nutrición y desalentar el consumo de comidas ultra procesadas con elevadas cantidades de sodio, azúcares, grasas como los snacks, bebidas azucaradas o gaseosas.

La iniciativa contempla toda la cadena: fabricación – comercialización – importación; en consecuencia está dirigida a fabricantes, fraccionadores y envasadores de alimentos y bebidas analcohólicas en Argentina. Al implementar las legislaciones se busca como consecuencia la reformulación de los alimentos para mejorar la oferta en el mercado de la industria alimentaria, y así favorecer el acceso de productos que con el tiempo mejoren los índices de nutrición alimentaria.

Chile en 2016 con la Ley 20.606 fue el primer país en adoptar los octógonos negros que indican si un alimento envasado, sólido y líquido, es “ALTO EN” sodio, grasas saturadas o azúcares, y si superan los límites establecidos por el Ministerio de Salud para esos nutrientes. Son los fabricantes, productores, distribuidores e importadores quienes deben encargarse de asegurar que la información esté exhibida en los envases, y es la autoridad sanitaria la que debe analizar y corroborar la información indicada en el rótulo de los alimentos.

Uruguay aunque la Ley fue aprobada en 2018 su obligatoriedad se postergó para febrero de 2021; Perú desde 2019 utiliza sellos octogonales que incluyen la frase “evitar su consumo excesivo”; México luego de dos años de trabajo el 1º de octubre de 2020 implementó la primera fase de la Ley (los tres casos optaron por adaptar el modelo chileno); Ecuador aplicó el modelo de semáforo con colores verde, amarillo y rojo para determinar su alto o bajo nivel de componentes críticos y Brasil dispuso, por decreto presidencial, un etiquetado en forma de lupa.

En comparación con otros países de la región, al consultarle a la Lic. Mónica López, Directora Nacional del Instituto Nacional de  Alimentos (ANMAT), sobre ¿por qué la Argentina demora aplicación? manifestó a esta redacción que se ha trabajado durante varios años en la temática, incluso en mesas de trabajo en el marco del Programa de Alimentación Saludable, Reducción de Sodio, Reducción de Grasas Trans, incorporación de declaración de alérgenos, donde participaron diversas entidades del estado nacional, provincial, sociedades científicas, colegios de profesionales y asociaciones civiles. El abordaje de toda temática que implique el cuidado de la población debe realizarse en forma multisectorial y teniendo en cuenta todas las variables para lograr la mejor regulación posible. En este contexto, Argentina también se ha podido nutrir de la experiencia de otros países (que ya habían empezado sus procesos mucho antes de sacar sus propias normas, como por ejemplo Brasil que tuvo 6 años de debates) y así tomar mejores decisiones. Resaltando el trabajo realizado, Argentina podrá implementar una ley que en todo momento se enfoca en el beneficio y cuidado de la población.

Con fuerte presión de la industria alimenticia

Lo cierto es que en la Argentina, al igual que lo ocurrido en Chile, Perú o México con grandes corporaciones de bebidas y alimentos ultraprocesados, el debate, las negociaciones y las resistencias, incluyen intereses contrapuestos. Con fuertes presiones de la industria alimenticia, como la cámara empresarial del sector y la industria azucarera, que piden “no demonizar productos”.

En un comunicado público más de cien organizaciones se unieron para reclamar la aprobación de la ley «sin demoras y sin cambios» al denunciar que «las empresas alimenticias y de bebidas azucaradas obstaculizan los procesos de diseño de políticas efectivas a través de argumentos falsos y amenazas, gastando millones de dólares en lobby».

En oposición al etiquetado desde la Coordinadora de Industrias Fabricantes de Alimentos (COPAL) se manifiesta una autorregulación. «No queremos este modelo. No hay que demonizar a los alimentos, sino informar adecuadamente a los consumidores»  advirtió su Presidente Daniel Funes De Rioja, en declaraciones mediáticas a fin de 2020, quien además planteó la necesidad de articular legislaciones y regulaciones en el marco de intercambios Mercosur para evitar «un mecanismo de desestimulación de comercio intrazona».

Durante la reunión del plenario del martes 23 de febrero de 2021 en la misma línea; Jose Luis Londoño, Jefe para América Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Marcas, manifestó que la ley es restrictiva con una «tendencia a politizar e ir en contra de las marcas (….) y regular promoviendo el derecho a la salud no puede ir en detrimento de libertades individuales».

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Mano a mano con Soledad Barruti

Periodista, autora de los libros #Malcomidos y #MalaLeche y Directora de Bocado- investigaciones comestibles: una red latinoamericana de periodistas con perspectiva científica y de derechos humanos, dedicada a temáticas vinculadas a la alimentación, los sistemas alimentarios y los territorios.

Por herencia, hábitos o costumbres, en la Argentina la alimentación es un tema central en la cotidianeidad de cada encuentro. En épocas no pandémicas, nos reunimos a conversar y a comer. Y recién en los últimos años saber qué comemos se consolidó como tema a difundir y combatir al no contar con la información necesaria sobre los alimentos procesados, envasados o cómo fueron cultivados previamente con agrotóxicos (glifosato, plaguicida, plaguicida o herbicida).

¿Qué opinas sobre la Ley de Etiquetado que se está discutiendo actualmente en la Cámara de Diputados ?

La Ley de rotulado alimentario es absolutamente urgente para que nosotros empecemos a ver qué comemos, qué es lo que está en nuestros alimentos y para poder empezar a tomar decisiones informadas en la góndola. Hoy las decisiones están basadas en la publicidad y eso hace que la mayoría de las personas no sepa qué es lo que está comiendo y menos lo que le da a las criaturas de la familia, qué son las que están más expuestas a este sistema alimentario y a todas sus consecuencias.

Has afirmado que la Argentina es un país que no tiene plan alimentario. ¿Cuáles son los intereses que están en juego?

Argentina es un país del agronegocio entonces los intereses están puestos en sostener a ese sistema económico, a ese modelo productivo que está basado en la producción de cosas que venden bien en los mercados financieros y no en lo que necesitamos nosotros para comer. Y eso hace que nuestra comida, nuestra producción alimentaria, se haya visto siempre periférica a la producción extractiva y tóxica de granos de soja, maíz, de carnes industriales y también de otras explotaciones como el fracking, que resulta más beneficioso para ciertos negocios inmediatos que la producción alimentaria. Entonces estamos perdiendo soberanía alimentaria. Eso hace que Argentina sea un buen país para producir bienes de consumo que parecen alimentos, pero un país cada vez más pobre en calidad alimentaria. No hay ninguna política destinada a que las personas coman mejor y eso se nota en las estadísticas de salud cada vez más depreciadas.

Una vez sancionada la Ley ¿Cómo serían los mejores canales para comunicar sobre la temática?

No solo es necesario que la Ley esté sancionada sino que tiene que hacerse efectiva y luego si todo el aparato del Estado debe estar orientado a hacer comunicación para ayudar a la población a entender cómo se pueden tomar mejores decisiones. A acercar espacios de conversación directa con productores de todo el país y a cada uno de los barrios. Y eso obviamente está acompañado de una campaña educativa. Y si creo que los espacios donde miran niños y niñas pueden cambiar. Hoy en día son espacios de publicidad y pueden pasar a ser espacios de información para que también pueda haber más autonomía en la infancia con respecto a la comida.

Buena alimentación temprana y política sanitaria

Con el objetivo de contribuir al desarrollo de hábitos de alimentación saludable y advertir sobre los efectos nocivos de la alimentación inadecuada, el proyecto de ley que se está debatiendo en la Cámara baja, también genera molestias en las empresas al prohibir la publicidad en el público infantil. Al proponer no incluir por ejemplo imágenes de personajes animados «la población infantil está bombardeada de publicidades engañosas, muchos de los alimentos aparecen como saludables y en realidad tienen exceso de nutrientes críticos», manifestó en declaraciones mediáticas Sebastián Laspiur de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

También recomienda al Consejo Federal de Educación la promoción de actividades didácticas y de políticas que establezcan contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario de todo el país.

En relación a la información para la población infantil y adolescente, se recomiendan las leyendas “contiene cafeína, evitar en niños/as” y “contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as”. Ni celebridades o personajes infantiles, que inciten o fomenten su adquisición.

Desde la Dirección General de Servicios a las Escuelas de la ciudad han difundido guías de alimentación saludable para una alimentación variada, completa y segura con el fin de adquirir hábitos familiares saludables y en las currículas educativas, en algunas instituciones, se trabaja desde una edad temprana la diferenciación de alimentos saludables a los no saludables. Y en la teoría la Ley de Alimentación Saludable (ley N° 3704/10) reglamenta la oferta de alimentos y bebidas saludables en los kioscos y comedores escolares de escuelas públicas y privadas para que cada estudiante reciba diariamente una alimentación completa, armónica, adecuada y segura.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación se habla de Alimentación Saludable para contrarrestar estos datos públicos: de las 5 porciones de frutas y verduras recomendadas solo se consumen 2; por día se consume más del doble de la sal recomendada y el 50 % de infantes en edad escolar consume 2 o más bebidas azucaradas.

El proyecto que se está debatiendo en comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación, “está basado en el trabajo que ha realizado durante varios años el Ministerio de Salud de la Nación y las mesas de trabajo de diversos temas, entre ellos sodio y grasas.  Lograr una ley acorde a las GAPA (Guías Alimentarias de la Población Argentina) es fundamental para orientar a la población a consumir alimentos sanos y seguros, y propiciar el auto cuidado de su salud. En todo momento se enfoca en el beneficio y cuidado de la población y la oportunidad de tener más información, que nos llevará a tomar mejores decisiones sanitarias” nos afirman institucionalmente desde la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica).