Visitó a Argentina al Simposio de Infografía, en Córdoba, y estaba de paso por Buenos Aires. Entre otras actividades que lo traían a tierras porteñas –que conoce bien por haber dirigido el departamento de infografía del diario Clarín entre 1995 y 2001–, llegó hasta la FADU para dialogar con alumnos, docentes y profesionales en una charla que dio para la cátedra Mazzeo de la carrera de Diseño Gráfico.

Con pausas, reflexión y elaborando cada respuesta, este premiado español que se define como “artista multidisciplinar, columnista y periodista”. Aquí, un breve recorrido por sus ideas más destacadas sobre infografía, diseño, big data, periodismo, arte y tantas cosas más.

 

Su paso por Clarín

Mis años en Argentina y en Clarín fueron muy importantes humana y profesionalmente. Quería viajar y conocer mundo y Clarín me ofrecía esa posibilidad. Y encontré en Clarín un espacio de libertad para crear una forma de hacer, para revisar una forma de hacer que en Estados Unidos y España, en donde a mediados de los 80 se asientan la bases de lo que sería la infografía tal como la conocemos hoy, ya dábamos por liquidados los temas conceptuales y la ética por la que nos íbamos a mover, y que aquí en Argentina no había llegado, no existía la infografía y se me permitió la posibilidad de replantear esos conceptos con cierto éxito”.

Al equipo lofui armando esencialmente con estudiantes de Diseño de la UBA. Lo más importante en el perfil era que tenían que tener un espíritu inquieto, de querer conocer y explicar historias”.

La infografía necesita un adjetivo que la acompañe

“Hay una idea, durante una época, de que la infografía está muy vinculada al periodismo, que es una herramienta al servicio de lo objetivable. Tiene sentido, porque cultural, históricamente viene de la ciencia, gran parte de las herramientas que usamos en la infografía. Pero en realidad es un malentendido. La infografía es un herramienta de comunicación que se puede utilizar para explicar verdad o ficción. Tal como yo entiendo la infografía, necesita un adjetivo que la acompañe: infografía periodística, infografía estadística (que ya se hacía antes), o incluso al servicio de las prácticas artísticas (que no es habitual, pero que cada vez hay más casos)”.

Bien cerca del río y del sol, pero en la intimidad de un espacio de la facultad, el especialista catalán se tomó un tiempo, escuchó nuestras preguntas, las pensó, cuestionó algunas y respondió. En su diálogo con enlínea dejó entrever que en sus realizaciones visuales propone un modelo de construcción visual a la espera de que el lector o el espectador hagan lo suyo.

La subjetividad

“Yo siempre puse mucho énfasis en la subjetividad. En el caso de la (infografía sobre la) ballena franca, en donde en un momento donde las infografías que se hacen, igual que hoy, son esencialmente con pruebas de lectores, con una voluntad de dejar la estética en un lugar manso, que no tenga mucha presencia, supeditada a la información, yo hago una apología del sujeto. Esto es de autor, hay una voluntad de estar presente y de darle un espacio al lector como sujeto, que no solo le interesa el telegrama, sino una narración más compleja. Y hay una evolución de eso hacia lo que hoy hago, que creo que he desplazado al sujeto del centro al tema en sí mismo. Lo que trabajo actualmente es que el individuo es el propio tema, el individuo singular”.

No se puede hacer nada nuevo…

“No creo que en la posibilidad de hacer algo nuevo, sino de modificar a partir de lo que está hecho. Me parece que cuantas más influencias tengas seguramente más personal sea lo que haces. Pues si tienes una, harás una burda imitación, una copia. Pero si tienes doscientas cincuenta es probable que sea más personal el resultado”.

La infografía en el mar de datos

“Ahora hacen falta equipos, ya no puede ser un solo profesional. Necesitas un minero de datos, o varios. Un programador, o varios. Un diseñador. Y todos con una forma de entender lo que están haciendo”.

Arte e infografía. Infografía y arte

Las posibilidades de la infografía en el terreno artístico “son las que uno quiera o pueda darle”.

“Para mí un claro ejemplo de lo que es una infografía ilustrada que llama la atención por su singularidad y por la importancia de la obra es La novia puesta al desnudo, de Duchamp. Es una infografía a todas luces, de 1919. Porque él mismo lo reconoce como tal, busca un lenguaje visual. En aquella época, que eran sobre todo pinturas sobre lienzo, decide trabajar con hilo de alambre sobre cristal, como una voluntad de eliminar lo retiniano, decía él, la impronta visual. Todo lo que está incluido en el gran cristal, toda la iconografía que contiene, responde a la necesitad de explicar algo muy concreto. No es la manifestación de un sentimiento, es absolutamente intelectual. Y de hecho Duchamp pretendía que fuera acompañada de unos textos complementarios que explicaran con palabras lo que la imagen no alcanzaba a explicar. Es decir, cumple con todos los elementos de lo que hoy entendemos como una infografía. Pero, a diferencia de la mayoría de infografías o del uso habitual que le venimos dando a las infografías, que es explicar el mundo exterior, tangible, lo que hace es un uso de la infografía para explicar su mundo interior, su subjetividad. Es un asco este Marcel Duchamp. Allí donde vas el tipo ya estuvo”.

“Los cambios profesionales más profundos son cuando cambias como persona. Si es que tu trabajo es algo vital para ti, que es mi caso”

Sobre redes sociales, periodismo y pos verdad

“¿Qué es lo que circula en redes sociales? Se habló en algún momento de periodismo ciudadano. Eso no tiene ningún valor. Eso no es periodismo. Circula información, contra información, chimentos, cualquier cosa. ¿Pero quién se hace cargo de la veracidad de esa información? Precisamente, debido a las redes sociales es más necesario que nunca el periodismo. En un Twitter el presidente de USA puede decir lo que quiera. Estamos en la época de la pos verdad, la verdad ya no importa. Es lo que digan los poderes. Y ya no hay un actor que diga “Un momento, nosotros hemos estado investigando un año este tuit de usted y le vamos a demostrar que todo eso es falso, con textos, gráficos e infografías”. Todo eso no existe más. O si existe son pequeñas luces en ese universo de oscuridad que nos envuelve. Yo creo que los ciudadanos han sido muy críticos con el periodismo y esto es muy saludable, la crítica siempre es saludable, lo que siempre me preguntaba es si se imaginan un mundo sin periodismo, que es donde estamos ahora. La pos verdad. Qué es cierto, qué no lo es”.

Datos, solo datos

“A mi los datos no me interesan mucho, pero a la gente sí, yo los uso por eso. Hay como una fascinación actualmente por los datos”.

“Cuantos más datos, mejor. Si son tres billones, mejor que uno. Además hay una fe en los datos que es peligrosa. Antes parecía que la verdad pasaba por la TV o la foto en un diario, cuando yo era un crío. Ahora con el Photoshop la foto es dudosa, la palabra es dudosa. Y quién ha tomado el relevo de la verdad, los datos. Pero a la gente no se le ocurre pensar si es mentira, ni cómo los han buscado, cómo los han visualizado. Directamente podrían estar inventados. Pero no hay esa pregunta, esa crítica. Y los datos es lo que más se está manipulando, los mismos políticos cuando hablan en TV. No hay una critica a los datos”.

Ideas sobre el futuro

“Me gustaría pensar que vamos a volver a utilizar la primera persona del singular para informar, porque es fácil ponerse en el lugar del otro, entender el mundo desde un lugar singular. Yo, más que en ese mar de datos y likes y retuits, me interesan las historias contadas desde otro lugar”.