En la localidad de Bernal, Lucía Chaín tiene su templo de creación donde lejos del ruido y el frenesí de la ciudad impone su ritmo tranquilo e inspirador. Conviven telas, moldes, prendas de su colección de graduación, algunas otras que presentó en el Semillero UBA, colecciones de temporada a lanzar y máquinas de coser nuevas y antiguas, como la Bee Brand de su abuela que se dedicaba a la sastrería, y un jardín donde ella misma realiza los teñidos de las telas.

Las noches de trabajo intenso cuando estudiaba Diseño de Indumentaria y hasta graduarse en la FADU fueron el ritmo, que aún hoy vivencia, con cada pedido o cierre de colección de temporada. Trabaja con un equipo muy reducido, por momentos secundado por su hermano, que la acompaña en labores específicos para sus producciones. Su estilo e impronta como sólida diseñadora de indumentaria no proviene de inspiración en referentes externos, sino que lo va delineando en base a sus exploraciones personales.

Desde 2016 Chain mantiene una presencia sólida e itinerante en las presentaciones internacionales. De hecho durante el mes de agosto viajó a Japón para fortalecer nuevos lazos. Su carrera vertiginosa en la moda comenzó en 2014 en el Semillero UBA para la pasarela del BAFWEEK, seguidamente lanza Chain-Garcia Bello junto a su compañera de FADU Juliana y desfilan en el Fashion Editions (en dos ediciones consecutivas de Pasarela BA). En 2016 comienza su etapa en primera persona y su puntapié internacional cuando es seleccionada en el concurso Fashion Clash de Holanda. En 2017 es invitada en Milan Fashion Week, en 2018 llegaría su participación en Next Green Talents, la plataforma curada por Vogue Italia y Yoox, y en 2019 su reconocimiento en el Museo de Ferraramus en Italia.

Diseñar sin importar para quién

El siglo XIX fue el momento en que se vio la mayor polarización en las formas de vestir, principalmente al tener en cuenta las diferencias anatómicas binarias entre hombres y mujeres. Pero los cambios de paradigmas que hace tiempo se están dando a nivel internacional en el plano social, y claramente a nivel nacional, también están sucediendo en el ámbito de la moda. Las cuestiones y perspectivas de género ganaron espacio en el ámbito de la moda. Hoy resulta sesgado hablar o pensar tipologías estrictamente masculinas o femeninas.

Partiendo de la idea de pensar un usuario y no desde una cuestión corporal, sino más bien como estilo de vida, es el camino que Chaín elige en sus momentos de inspiración pura. En varias oportunidades, inclusive en nuestro reciente encuentro, ha afirmado que desea que su marca sea para cualquiera: desde niños a abuelos o personas que se perciban hombres o mujeres por igual. Tal es así que le resulta más que difícil catalogar y clasificar a su cliente en rangos de edad o de sexo.

Antes de que apareciera el término genderless, término para referirse a la no diferenciación por géneros, la moda unisex empezó a partir de los 60 / 70 con diseñadores como Pierre Cardin, Yves Saint Laurent, Paco Rabanne y André Courrèges quienes además marcaron fuertemente su impronta sobre las pasarelas. Hoy el diseño de indumentaria no-gender es un modo de diseñar que en el mundo ha ganando diversidad con diseñadores como los japoneses Yohji Yamamoto, Rei Kawakubo y Issey Miyake, el británico Rick Owens, el canadiense Rad Hourani, Jean Paul Gaultier, Viktor & Rolf, Donna karan, Alessandro Michele para Gucci o el español Palomo Spaino. En el ámbito local Camila Milessi y Emiliano Blanco, con su marca Kostüme, fueron pioneros en 2001. Hoy se suman otras propuestas actuales e independientes como Herz o Tebas.

Estos cambios, en tanto transformaciones sociales, han ganado también espacio de reflexión y debate en ámbitos académicos. Para la Dra. Laura Zambrini, titular de la materia Sociología en las carreras de Diseño de Indumentaria y Diseño Textil de la UBA/FADU, en la que incluye en sus contenidos la perspectiva de género porque «hoy es fundamental problematizar las representaciones sociales asociadas a la moda y al textil como ámbitos de las mujeres y de lo femenino y, por ende, como áreas menos valoradas socialmente. Es decir, es importante problematizar el machismo que históricamente ha atravesado a la moda”. Sostiene que procura que los estudiantes entiendan al diseño como un discurso y que, en ese sentido, diseñar indumentaria es también diseñar género y estereotipos. Zambrini en su texto «Tránsitos de Género en el Vestir», presentado a principio de año en el marco del Seminario de la Crítica en el Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas Mario J. Buschiazzo de la UBA, profundiza temas tales como: indumentaria a-gender o moda neutra, entendida como aquella tendencia en auge en estudios sobre moda con perspectiva de género, e interpretada como parte de la actual crisis del sistema binario de los géneros.

Paralelamente, desde el 2017 el surgimiento de la materia optativa para todas las carreras de la UBA/FADU “Diseño y Estudios de Género” manifiesta también este aumento de interés en las cuestiones. Este año las 500 inscripciones evidencian no sólo un quórum para hablar de estos temas sino un fuerte interés por el enfoque teórico y proyectual que se da. Para Griselda Flesler, titular de cátedra «el campo del diseño no es ajeno a la producción social y cultural de los géneros. Cuando proyectamos partimos de categorías que están atravesadas por normativas acerca del género, es por ello que incluir la perspectiva de género en el campo proyectual posibilita la construcción de nuevas configuraciones, nuevas tramas discursivas sobre los cuerpos, los objetos y los espacios”.

¿Por qué ser sustentable?

Pensar, diseñar y concretar indumentaria y accesorios sustentables ya no es sólo una tendencia individual y solitaria. En este contexto podemos ver no sólo de las investigaciones internacionales de diseñadoras como Neri Oxman y Suzanne Lee sino también las de la propia academia local en la Universidad de Buenos Aires como el desarrollo de actividades de investigación dentro del área de sustentabilidad y biotecnología aplicada al diseño de indumentaria como el Proyecto PIA “El vestir criado. Bio indumentaria” dirigido por Lorena Bonilla diseñadora de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo UBA con líneas de trabajo con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UBA de la mano del Dr. Alejandro Nadra. En colaboración con el Art and Design Research Laboratory de la Ensad-París. (enlinea.fadu.uba.ar/bio-objetos/) Y además, Lucidum-Lab, liderado por Heidi Jalkh y Rodrigo Martín Iglesias, es el grupo interdisciplinario de investigación proyectual y colaborativa de biólogos especialistas en micología y diseñadores (del Laboratorio de Micología Experimental de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UBA) quienes exploran bio materiales y bio-fabricación al cultivar materiales fuertes, livianos, versátiles y biodegradables a partir del hongo Ganoderma lucidum.

En otros espacios los desarrollos bio sustentables de Verónica Bergottini (oriunda de Misiones) y Dra. en Ciencias Biológicas por la Universidad de Neuchâtel (Suiza) se destacan al cultivar bacterias para realizar apliques de nanocelulosa, Silvio Tinello (diseñador industrial por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) produce aglomerado fúngico para hacer suela de zapatos y el laboratorio TaMaCo, dedicado a investigación en diseño, arte y arquitectura, realizan workshops para explorar infinitas posibilidades de biomateriales.

Diseñadores como Mauro Pesoa o Carla Andrea Escalera, que este año participaron en la pasarela de la quinta edición de Autores de Moda BA, utilizan materias primas sustentables en accesorios, fajas y carteras confeccionados en mimbre que resignifican el oficio de la mimbrería. Lucía Chain no sólo utiliza telas biodegradables sino que sus teñidos también provienen de elementos naturales como la yerba mate, porotos, remolacha, repollo colorado, cebolla y otros alimentos que poco a poco va incorporando en su paleta de colores.

En sus entrevistas suele remarcar que «hay una frase que para mi es fundamental y dice: Usa mucho la prenda, cuidala con cariño y si con el tiempo se rompe, remendala. Es mi manera de decir que mis prendas no son descartables. Si en un tiempo la dejas de usar y se convierte en un trapo, la prenda es biodegradable. Eso es importante, vuelve a la tierra». Leyendas como “Pure Cotton. Universal size. Made in Argentina. Handle with love. Mend when torn. Compost when worn” no sólo brindan información sobre confección o cuidados para la prenda sino que proclaman y explicitan un concepto central cual manifiesto motivador.